12 de febrero de 2024
Aquí dejamos un resumen de nuestra selección de las noticias más relevantes de la semana pasada sobre el agua en Chile y el mundo.
Una fuerte caída en sus niveles de producción registró la compañía minera Anglo American en sus operaciones en Chile en 2023.
En el caso de Los Bronces, su principal faena en el país, el indicador disminuyó a 215 mil toneladas de cobre fino el año pasado, una caída interanual del 20%, lo que se explica en gran medida por las menores leyes de mineral. Esta tendencia continuará impactando las operaciones hasta la siguiente fase de la mina, donde se espera que las leyes sean más altas y el mineral, más blando.
En ese sentido, la compañía recordó los trabajos de explotación de esta fase que se encuentran en marcha y que esperan favorezcan la producción desde el inicio de 2027.
A nivel nacional, la cifra fue compensada con el aporte de la producción atribuible en Collahuasi, totalizando en el último ejercicio 507 mil toneladas como grupo, un descenso del 10% respecto al año previo.
En esa cifra se incluye también el desempeño de la mina El Soldado, la que completó 39.500 toneladas, cayendo 2% a nivel anual.
“De cara al futuro, nuestra priorización deliberada del valor sobre el volumen ha sido diseñada para mejorar los márgenes y la rentabilidad. Nos hemos comprometido a ofrecer de forma segura un rendimiento de producción consistente en una organización racionalizada y más eficaz con costos y necesidades de capital significativamente más bajos y con mayor resiliencia a lo largo del ciclo”, señaló el presidente ejecutivo de Anglo American, Duncan Wanblad.
Pese al desempeño en el terreno local, a nivel global, la compañía reportó un crecimiento en su producción de un 24%, llegando en 2023 a 862 mil toneladas de cobre, impulsados por la actividad en Perú, donde el rendimiento de Quellaveco más que se triplicó.
Pendientes del agua Para este ejercicio, desde la firma adelantaron que se espera una producción entre 430 mil y 460 mil toneladas en Chile. No obstante, advirtieron que “está sujeta a la disponibilidad de agua”.
La compañía redujo anteriormente en 4% su estimación de producción de este año, mientras que para 2025 prevé una caída adicional a nivel global de 3%.
Para hacer frente a esta situación, la minera está impulsando diversas medidas. Comentan que el aumento de las precipitaciones durante el año, así como la decisión de situar en cuidado y mantenimiento a la más pequeña y menos eficiente de las dos plantas de Los Bronces durante 2024 han aminorado significativamente el riesgo sobre la disponibilidad hídrica de Los Bronces y El Soldado en este ejercicio.
A esto se suma que hace unas semanas ingresaron a tramitación ambiental un proyecto mediante el cual se busca una optimización del proceso de remoción del tranque de relaves Pérez Caldera, con una inversión por más de US$ 1.100 millones.
Estas obras consideran la adaptación del abastecimiento de recursos hídricos para Los Bronces a la condición de escasez hídrica, habilitando el suministro de 500 litros por segundo (l/s) de aguas obtenidas de fuentes alternativas (agua de mar desalinizada) a fin de asegurar el suministro para la operación Los Bronces. A su vez, la iniciativa busca repotenciar el sistema de agua recuperada, aumentando su capacidad de impulsión de 1.000 l/s a 1.200 l/s.
A largo plazo, la compañía —que desde hace varios años enfrenta una compleja situación ante la sequía de la zona central— posee un acuerdo con Aguas Pacífico, sociedad que gestiona el proyecto de desalación por US$ 1.000 millones del fondo brasileño Patria, y que extraerá agua de la bahía de Quintero, conduciéndola hasta la Región Metropolitana.
Megaproyecto Con todo, en noviembre del año pasado, Anglo American recibió el acta de la resolución del Comité de Ministros, adoptada en abril, que aprobó de manera unánime la nueva propuesta de Anglo American para hacerse cargo de las externalidades del megaproyecto Los Bronces Integrado, descartando los requerimientos en su contra.
Se trata de una iniciativa valorada en unos US$ 3.500 millones y que —de ser impulsada por el directorio de la empresa anglosudafricana— es crucial para retomar los niveles productivos de Los Bronces.
El proyecto implica reemplazar parte del mineral extraído actualmente por otro de mayor contenido de cobre, con el fin de sostener los niveles de producción en el tiempo y mantener la vida útil de la mina hasta el 2036.
De todos modos, opositores al proyecto han presentado una serie de recursos administrativos, pidiendo una invalidación de los permisos, los cuales deben ser revisados por el Segundo Tribunal Ambiental.
Fuente: El Mercurio
Estas semanas, la vulnerabilidad de Chile ante el cambio climático y sus efectos en la crisis hídrica ha cristalizado un debate público ineludible sobre qué medidas debemos adoptar, tales como desalinización, tarificación por sobreconsumo o fortalecimiento de la fiscalización. Al respecto, no es menor señalar que Chile se sitúa en un nivel extremadamente alto de estrés hídrico, ascendiendo, recientemente, al puesto 16 a nivel mundial y al primero en América Latina y el Caribe, según la última actualización del ranking generada por el World Resources Institute, el año 2023.
Los efectos adversos al cambio climático a lo largo del territorio son notorios, observándose no sólo aumento en temperaturas, reducción de pluviometría y acumulación de nieve, sino que también una alteración en patrones de precipitación, incrementando la frecuencia e intensidad de eventos extremos como sequías -en este caso, megasequía– e inundaciones -como las del invierno del pasado año. Estos cambios, unidos a las demandas de agua del país, generan riesgos sobre la disponibilidad de agua, afectando a la seguridad hídrica de personas, ecosistemas y sistemas productivos.
Ante este panorama, el llamado es a adaptarse ante estas condiciones adversas, las cuales se perciben actualmente y según se proyecta, se agravarán a futuro. En este sentido, el Estado de Chile tiene la oportunidad de avanzar en seguridad hídrica mediante la elaboración del primer Plan de Adaptación al Cambio Climático para el sector de los Recursos Hídricos, instrumento mandatado bajo la Ley Marco de Cambio Climático. Este plan está liderado por la Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas (MOP), junto a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como agencia implementadora y el Fondo Verde del Clima (FVC) como ente financiador.
Dando un paso más allá en la situación país, desde la FAO resulta clave reconocer el nexo entre agua y alimentación, y, por tanto, la estrecha relación entre seguridad hídrica y seguridad alimentaria, en términos de salvaguardar el acceso sostenible a cantidades adecuadas de agua, de calidad aceptable, para el consumo humano, la producción y el acceso a alimentos saludables e inocuos. El sector agropecuario es el mayor demandante de agua en Chile. Por ello, tiene una doble tarea: adaptar sus sistemas productivos a la escasez hídrica y evitar la pérdida de aguas por prácticas inadecuadas asociadas a la sobreexplotación y a la contaminación por fertilizantes y plaguicidas.
Al respecto, la FAO recientemente publicó el Policy Brief: “Retos de la gestión hídrica para los sistemas alimentarios en Chile”, en el cual se plantean desafíos y oportunidades que nos permitirán avanzar hacia el logro de sistemas alimentarios sostenibles y adaptados al cambio climático. Entre los elementos que menciona, destaca la necesidad de producir con menos agua. La tecnificación de riego conlleva avanzar en eficiencia hídrica; no obstante, más que permitir la expansión de la superficie regada, debe garantizar la seguridad de riego de la superficie agrícola actual bajo cambio climático.
Asimismo, se debe mirar más allá del canal y el pozo. El aseguramiento del suministro, además de administrar racionalmente la infraestructura gris existente y la explotación sostenible de los acuíferos, implica realizar ajustes normativos para promover el aprovechamiento de recursos hídricos no convencionales, como volver a utilizar las aguas servidas tratadas, captación de aguas atmosféricas, recarga artificial de acuíferos o desalinización, entre otros. Las Soluciones basadas en la Naturaleza como medidas costo-efectivas son inversiones por explorar.
Fundamental resulta la gobernanza para una mejor gestión hídrica en contexto de cambio climático, expresa el documento. La última reforma al Código de Aguas presenta el reto de implementar, entre otros, la priorización de usos, protección de ecosistemas y acceso inclusivo para usuarios más vulnerables. A su vez, algunos retos de la Ley Marco de Cambio Climático recaen en asegurar la coherencia de sus instrumentos de gestión, fortalecer la coordinación entre actores y lograr fórmulas mixtas de financiamiento para implementar soluciones.
Finalmente, la toma de decisiones debe basarse en información y conocimiento. Mejorar la información meteorológica e hidrológica es uno de los aspectos a resolver, resultando esencial robustecer el rol, las competencias y los recursos de la DGA.
Producir más y mejores alimentos (pero ¿con qué agua?) será el desafío que se debe afrontar con medidas concretas en un marco de gestión integrada de los recursos hídricos. Sólo así podremos avanzar en sistemas agroalimentarios eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles. Desde la FAO y en alianza con el Estado, la sociedad civil y los sectores productivos, seguiremos trabajando por la seguridad hídrica para Chile, contribuyendo a generar un nexo virtuoso entre agua y alimentos.
Fuente: El Mostrador
A pesar de que el 2023 fue un año bastante lluvioso en comparación a los períodos inmediatamente anteriores, Chile cerró el año con una importante escasez hídrica, según comentó la Dirección Meteorológica de Chile.
Si bien es cierto que son diversas industrias las que están adoptando medidas para enfrentar la escasez hídrica durante los próximos años -la construcción, entre ellas- cada persona en particular tiene una propia obligación moral. Cada uno puede aportar, desde su posición, a que esta sequía no siga creciendo de manera exponencial.
Uno de los métodos es ahorrar agua en la vivienda. Según José Ignacio Torres, director de la Escuela de Construcción de la Universidad de Las Américas (UDLA), señaló que “lo primero es identificar cuales son los principales consumos de agua, que por lo general son la ducha y el regado del jardín, si es que tienen”.
Aireadores en grifos En ese caso, conviene la instalación de dispositivos de ahorro de agua en grifos y duchas. Existen artefactos que reducen el caudal de agua sin sacrificar la presión, lo que ayuda a ahorrar agua sin comprometer la comodidad.
“Hay que contemplar soluciones tecnológicas que nos ayuden a un uso más eficiente del agua. En el caso de la ducha, puede ser un aireador en el aspersor, pero casi todos los actuales modelos cuentan con una tecnología que hace que salga menos litros por minuto, pero que logre de buena manera el mojar al usuario, así que no es difícil de lograr”, detalló el académico.
Torres agregó que “las otras llaves, como del lavaplatos y lavamanos, también vienen con estos aireadores, por lo general en la parte final de la llave. Si se tapan, estos se pueden reponer, ya que venden el repuesto en ferreterías”. Limitar el riego
En las viviendas que tienen jardín, el riego es una de las principales causas de gasto de agua. En ese sentido, existen varias acciones que podemos realizar como usuarios.
Reutilizar el agua es un ejemplo. Se puede, por ejemplo, recolectar el agua de lluvia para regar jardines o plantas. O bien, luego de cocinar, se puede ocupar el agua sobrante para nutrir plantas y pastos, siempre y cuando ya se haya enfriado.
En la actualidad, existen muchos sistemas tecnológicos que permiten programar el riego. Si tienes un sistema de riego automático, programa los tiempos de riego para evitar desperdiciar agua durante los períodos de lluvia o cuando no sea necesario.
“Si se cuenta con jardín, lo mejor es tener un sistema de riego programable con goteo para las plantas y con aspersores para el pasto. En lo posible, es recomendable eliminar este último, pues es el que más consume”, indicó el profesional de UDLA.
Reutilización de aguas grises Por último, una de las mejores formas de ahorrar agua es reutilizarla. La recuperación de aguas grises en viviendas es un proceso mediante el cual se recogen, tratan y reutilizan las aguas residuales generadas por actividades domésticas como lavado de ropa, duchas, lavamanos y lavaplatos, pero que no han sido contaminadas con desechos fecales.
Estas aguas pueden ser tratadas para eliminar impurezas y luego ser reutilizadas para fines no potables, como el riego de jardines, la limpieza de pisos y vehículos, etc.
“La recuperación de aguas grises, como de la ducha y la lavadora, podría ser una excelente manera de ahorrar agua, pero esa es una inversión mayor. Eso sí, nos permite consumir muy poca agua, lo que se agradece en lugares donde no hay acceso a este vital elemento”, sentenció José Ignacio Torres.
Fuente: Lacuarta.com
En la última actualización de los sectores con decreto de escasez hídrica, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) en conjunto con la Dirección General de Aguas (DGA), cifró en 58 las comunas del país con falta de lluvias, alta demanda y baja disponibilidad de aguas. Es por esto, como se desprende de las citadas resoluciones, que más de un millón de personas se encuentra bajo medidas para paliar la crisis hídrica.
De acuerdo con la revisión de los antecedentes, las regiones de Atacama y Coquimbo presentan la mayor preocupación de parte del Ejecutivo.
“La sequía no da tregua, ha golpeado fuertemente a la región y como Estado tenemos que poner más énfasis en la solución”, decía el Presidente Gabriel Boric al presentar la planta desaladora en la región de Coquimbo, que tiene por objetivo mitigar la situación en dicha zona.
Pero al margen de aquello, los mencionados decretos de escasez buscan reducir al mínimo los efectos por falta del vital elementos, para así garantizar el consumo humano, saneamiento y uso doméstico de subsistencia.
Las resoluciones, de acuerdo a la normativa, permiten a la DGA exigir a las Juntas de Vigilancia -compuestas por personas u organizaciones de usuarios- que aprovechen aguas superficiales o subterráneas de una misma cuenca que presenten un acuerdo de redistribución previniendo la comisión de faltas graves o abusos. Si no se cumplen estas medidas, la institución ordenaría las medidas redistributivas del agua en el sector.
Es así que desde la DGA explicaron a La Tercera qué método es utilizado para evaluar la ejecución del decreto de escasez hídrica en un territorio, que en 2021 alcanzó sus mayores números, con un 53% de las comunas del país bajo esta disposición.
“La solicitud de decreto de escasez de una comuna, provincia o región la debe formular el delegado presidencial regional a la DGA, la cual realiza un análisis de condiciones hidrometeorológicas, datos de precipitaciones y caudales de ríos, con criterios normados por resolución para cada zona, según sus características y condiciones climáticas. Además, se consideran como variables el estado de embalses de regulación interanual y en el caso de aguas subterráneas, la capacidad de extracción para abastecimiento de agua de las sanitarias y de los Servicios Sanitarios Rurales”, señalaron.
Hasta la fecha, son siete los decretos que están vigentes en el país, donde 13 provincias están incluidas y una población total de 1.599.202.
En la región de Magallanes, las provincias de Última Esperanza, Magallanes y Tierra del Fuego, más de 20 mil personas se encuentran afectadas por el decreto. En Ñuble, son Itata, Punilla y Diguillín, acumulando cerca de 500 mil personas. Pese a esto, desde la región aseguran que, desde el inicio del decreto, la población ha cumplido con las medidas tras la instrucción de la DGA y que por lo mismo, se encontrarían en un superávit hídrico por las últimas lluvias.
Ahora bien, la situación en el norte del país no es la misma. En la región de Coquimbo, la vigencia del decreto de escasez hídrica está programada para su revisión hasta el julio de este año, involucrando a 14 comunas y una población total de 800 mil personas.
Por lo mismo, el Gobierno presentó un paquete de medidas adoptadas tras la crisis hídrica que padece la región nortina, entre ellas, la entrada en vigencia -este año- de una ley que permite al MOP la construcción de plantas desaladoras, además de la instalación de pozos de agua dulce para consumo humano anunciados por la ministra de la cartera, Jessica López y por último, plantas de Tratamientos de Aguas Servidas para riego.
En la provincia de Huasco la situación es peor, el decreto que estaba fechado para finalizar en diciembre de 2023 se extendió hasta noviembre de este año, debido a la solicitud de la Delegación Presidencial Provincial que junto con la DGA mediante análisis hidrológico identificó una situación de sequía para los caudales en el Río Huasco. En esa línea, en este nuevo decreto implementado por el MOP se incluyó a las comunas de Vallenar, Alto del Carmen, Freirina y Huasco, con una población total de 74.406 personas afectadas.
Por otro parte, en la región de Valparaíso las comunas de San Antonio y Petorca se encuentra bajo este decreto y cerca de 250 mil personas afectadas en las comunas de Algarrobo, Cartagena, San Antonio, El Quisco, El Tabo, entre otros. Asimismo, en la Metropolitana esta medida rige en la comuna de Til-Til.
Es por esta problemática, que la Gobernación Regional Metropolitana presentó la nueva hoja de ruta para combatir la crisis hídrica en el país. La instalación de los Organismos de Cuenta de Chile, que coordinarán los sectores de consumo humano, los productivos y de medioambiente, en una mesa técnica y que en plan piloto será aplicado en la cuenta del río Maipo para luego con una base común, sea utilizado en todos los acuíferos del país.
Fuente: Latercera.com
El cambio climático antropogénico ha aumentado la frecuencia y la intensidad de los eventos simultáneos de calor y sequía en toda la Tierra.
En un clima cada vez más cálido es de suma relevancia una comprensión integral de los peligros que ello representa para evaluar y planificar los impactos del calentamiento global.
Como en muchas regiones del mundo, tanto los registros instrumentales como la información basada en modelos numéricos, establecen tendencias de temperatura significativamente crecientes para el oeste de América del Norte. Asimismo se ha documentado un aumento de los eventos de calor extremo y sequía durante los siglos XX y XXI.
Es por ello que en el estudio publicado por Science Advances utilizaron una red de datos extraído de los anillos de los árboles en todo el área oeste de América del Norte y con ello desarrollaron el Atlas de Temperatura del Oeste de América del Norte.
Una reconstrucción que permite comparar las megasequías del siglo XVI con las condiciones actuales La reconstrucción revela hallazgos importantes sobre la influencia de las temperaturas de verano en la ocurrencia de sequías pasadas notables en esta región del planeta.
La sequía más reciente se ve exacerbada por las altas temperaturas que superan sustancialmente las de finales del siglo XVI.
Además se ha establecido desde hace mucho tiempo que los déficits de precipitación durante las megasequías del oeste de América del Norte del último milenio son impulsados por la variabilidad de la temperatura superficial del mar (TSM).
Sin embargo los resultados del estudio sugieren examinar otro factor potencial que puede ayudar a explicar las diferencias entre las temperaturas modernas y las del siglo XVI: el vínculo entre el aumento de la evaporación y los incrementos de temperaturas acelerados antropogénicamente.
Desafíos para las estrategias respecto a la seguridad y disponibilidad de agua en Estados Unidos La creciente persistencia de la sequía durante los siglos XX y XXI tiene implicaciones importantes para las futuras estrategias regionales de adaptación al cambio climático y para la gestión de los recursos hídricos, particularmente en las regiones históricamente más propensas a estos eventos extremos.
De manera similar partes de la cuenca del Río Colorado también se destacan históricamente para sufrir sequías severas.
Si bien el futuro de las precipitaciones en esta superficie sigue siendo incierto, las proyecciones de un aumento de las temperaturas plantean un riesgo de intensificación de las sequías e incremento de la inseguridad hídrica.
"Nuestras comparaciones de las condiciones moderanas con análogos históricos sugieren que el cambio climático ya ha alterado los factores de severidad de la sequía en el oeste de América del Norte durante los últimos 500 años", destaca el estudio.
Y como las simulaciones a largo plazo proyectan que el cambio climático aumentará considerablemente la gravedad y la aparición, tanto de sequías como de olas de calor, queda claro que el "secado" antropogénico recién está comenzando.
Fuente: Meteored.cl
La crisis hídrica global se intensifica cada año, con un número creciente de países enfrentando la escasez de este vital recurso y una proyección alarmante para las próximas décadas y México no es la única nación que lucha contra la escasez del vital líquido.
Según un análisis del World Resources Institute (WRI), al menos 25 naciones y aproximadamente una cuarta parte de la población mundial están actualmente expuestas a un estrés hídrico extremadamente alto.
Más de 4 mil millones de personas sufren estrés hídrico durante al menos un mes al año, y se estima que para el 2050 este número podría aumentar hasta alcanzar cerca del 60%.
La demanda de agua supera significativamente la cantidad disponible en todo el mundo, lo que se atribuye al crecimiento poblacional y al incremento en sectores como la agricultura, la ganadería, la producción de energía y la manufactura.
Entre los países más afectados por el estrés hídrico extremo se encuentran Bahrein, Chipre, Kuwait, Líbano, Omán y Qatar, donde más del 80% del suministro de agua renovable se utiliza para diversos fines, desde el riego hasta el uso doméstico e industrial.
¿Qué países sufren la falta de agua? Además de estos países, otros como Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Israel, Egipto, Libia, Yemen, Botswana, Irán, Jordania, Chile, San Marino, Bélgica, Grecia, Túnez, Namibia, Sudáfrica, Irak e India también enfrentan un estrés hídrico extremadamente alto.
En el caso de México, Baja California Sur y la Ciudad de México son las zonas más afectadas por la escasez de agua, experimentando un estrés hídrico extremo.
La región más afectada Las regiones más afectadas por la crisis hídrica son Oriente Medio y África del Norte, donde aproximadamente el 83% de la población está expuesta a un estrés hídrico extremadamente alto, seguidas por el sur de Asia, con un 74%, según datos del WRI.
Países en riesgo de sequía en el futuro Para 2050, se proyecta que mil millones más de personas vivirán con un estrés hídrico extremadamente alto, incluso en un escenario optimista donde se limite el aumento de la temperatura global entre 1.3°C y 2.4°C para el año 2100.
Se espera un aumento significativo en la demanda mundial de agua, así como una mayor variabilidad en los suministros de agua, especialmente en regiones como el África subsahariana, donde el crecimiento económico puede verse afectado por la disponibilidad de este recurso vital.
Fuente: Laverdadnoticias.com
La falta de agua ya arrastró al campo mexicano y existen más de una docena de estados del país que entraron a una fase critica, con daños severos en cultivos y cosechas de maíz, trigo, jitomate, chile y frutas.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó que la sequía se ensañó contra seis entidades: Aguascalientes, Chihuahua, CDMX, Guanajuato, Querétaro y Sinaloa; donde 100% de los municipios y zonas agrícolas sufren los estragos de dicha crisis.
Mientras que otras siete localidades, entre las que destacan Durango, Morelos, Michoacán y Estado de México, la falta de agua afecta a 91% y 99% del territorio y, por lo tanto, la producción de alimentos y flores.
Ello sin pasar por alto a estados e importante productores de frutas, verduras, granos y huevo como Jalisco, Zacatecas, Tamaulipas y Oaxaca, con afectaciones entre 52% y 85% de los municipios.
De acuerdo con las cifras del organismo federal, entre la primera quincena de enero de 2023 y el mismo periodo de 2024, la proporción de municipios que sufren los estragos de la sequía aumentó de 59% a 65%.
Presas agrícolas en crisis En su reporte más reciente, la Conagua señaló que las presas agrícolas más importantes del país reportan una capacidad promedio de agua de 40.2%; con una caída anual de 35.3% del vital liquido disponible al cierre de enero de este año.
Precisó que la pérdida más grave se registró en los depósitos de Sonora, que reportan una baja de 58% y una capacidad de agua de 25%, equivalente a dos mil 53 millones de metros cúbicos, de un total de ocho mil 196 millones.
Señaló que las presas de Tamaulipas mostraron una caía de 53.4% en la disposición del recurso; cuyo impacto hizo que su nivel cayera a 18.4%, con apenas mil 288 millones de metros cúbicos, de siete mil ocho millones disponibles.
Mientras que los depósitos de agua de Sinaloa –mayor productor nacional de maíz– mostraron un baja de 53.3%; aunque, por su mayor capacidad de almacenamiento, es el estado con la mayor pérdida de agua por al sequía.
Las presas de esta última entidad pueden almacenar 15 mil 841 millones de metros cúbicos de agua; de los cuales, se reportaron ocho mil 928 en enero de 2023 y cuatro mil 166 millones al cierre del primer mes de 2024.
¿Qué producen los estados afectados por la sequía? El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó:
Fuente: Publimetro.com.mx
El pasado viernes, la Generalitat de Catalunya declaró el estado de emergencia por sequía. Después de más de tres años, la región ha pulsado el botón de alarma, tras aceptar la peor anomalía climatológica desde que existen registros, hace más de un siglo.
La emergencia está en la peor fase de las que estipula el Plan Especial de Sequías (PES) en la que se aplican las restricciones más rígidas para algunas industrias, pero también para casi seis millones de personas.
Son 200 municipios del área metropolitana de Barcelona y parte de Girona, pertenecientes al sistema Ter Llobregat aquellos perjudicados. Desde el mes de noviembre, ya se encontraban en estado de preemergencia dada la situación.
¿Hasta qué punto ha tenido que llegar la comunidad para establecer el plan de alarma? Una fase de emergencia por sequía se declara cuando la reserva media de agua de una zona determinada desciende por debajo del 16%.
En la actualidad, los embalses catalanes siguen en descenso y según refleja la última actualización del informe de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) está en un 15.53%.
Estos datos son los que han obligado a casi seis millones de personas a limitar su consumo a 200 litros por habitante y día en la primera fase, con el fin de mejorar la situación cuanto antes.
La segunda fase tendrá un límite de 180 litros y en la tercera, la ciudadanía catalana no podría consumir más de 160 litros por día. Esta restricción es la más esencial en la que todos están involucrados. Sin embargo, el estado de emergencia recoge más de diez.
Fuente: Elespanol.com
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