20 de noviembre de 2023
Aquí dejamos un resumen de nuestra selección de las noticias más relevantes de la semana pasada sobre el agua en Chile y el mundo.
Si bien las fuertes lluvias de junio y agosto, que afectaron a las regiones del centro y sur del país, fueron un respiro para la disponibilidad de agua en la temporada de verano, tuvo una cara menos amable: inundaciones inusitadas y, con ello, severos daños a la infraestructura hídrica, que según la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), suman cerca de US$ 1.500 millones. Si antes la preocupación era la sequía, ahora pasó a ser la reparación de obras que permitan el abastecimiento de agua, hoy significativamente deterioradas.
Hasta ahora, las soluciones implementadas entre los regantes, más la inversión pública y privada, han permitido seguir operando, comentan autoridades gremiales y expertos. Pero para recuperar las condiciones normales, hará falta una inversión importante y, a largo plazo, una planificación hídrica que prepare a Chile frente a nuevos episodios.
Antonio Walker, presidente de la SNA, señala que 'los daños han sido muy importantes, principalmente en la Región del Maule, ya sea en el cambio en el curso de ríos que tendrá que restablecerse, como en bocatomas, marcos partidores, telemetría, e infraestructura de riego, como bombas, equipos de riego, mangueras, etcétera'.
Hoy, explica, 'se están tomando muchas medidas ‘parche' para poder sacar la temporada adelante. Pero cuando haya que reconstruir la infraestructura hídrica en forma definitiva, el esfuerzo público privado que tendremos que hacer será más grande de lo que se haya hecho antes en la historia'.
El expresidente de la SNA y coordinador de las Agrupaciones de Canalistas, Patricio Crespo, agrega que dos tercios del territorio agrícola del país lo trabajan particulares con una condición económica más precaria. 'Hacerse cargo de los costos directos de estas emergencias puede ser muy gravoso para ellos, y podría paralizar su opción de restablecer esta infraestructura', señala.
Diferentes voces gremiales y del Ministerio de Agricultura aclaran, no obstante, que todas las juntas de canalistas y regantes van a poder captar su agua, y no dejarán de hacerlo, porque ya se ha resuelto la situación al menos en las obras de captación.
No obstante, el abogado especialista en temas regulatorios de agua, Carlos Ciappa, comenta que esto no significa que estén libres de costos asociados a los daños producidos por las inundaciones. Y agrega que 'hay muchas juntas de canalistas donde hubo que pedir cuotas extraordinarias para poder hacer reparaciones'.
Productores damnificados En octubre, la Federación de Productores de Fruta (Fedefruta) detectó que 22% de los productores de las regiones afectadas por los sistemas frontales hasta ese mes no estaba en condiciones de dar comienzo a la temporada, debido a pérdidas de infraestructura de riego y suelos agrícolas inutilizados, que todavía no drenaban del todo después de lo sucedido.
Al mismo tiempo, 68% de los productores frutícolas declaró haber sufrido daños en infraestructura de riego intrapredial (bombas, tranques, decantadores, cañerías, etc.) y extrapredial, como canales para regadío y bocatomas, cuantificables en pérdidas monetarias que solo entre productores frutícolas suman entre $400 y $600 millones.
Hoy, a un mes de esta encuesta, los agricultores han tomado medidas que califican como 'de parche' para hacer frente al verano. Sin embargo, el presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela, alerta de que aún hay zonas donde el trabajo de maquinarias ha sido inexistente, por un lado, porque se requiere un permiso de Obras Públicas, y, también, porque las máquinas no han llegado, ya sea por recursos o por descoordinación.
Por otra parte, diversas voces gremiales han alertado que, a largo plazo, hay muchos terrenos que han quedado inutilizables y que su recuperación hasta volver a plantar en ellos para pequeños agricultores tomará años, siempre y cuando no se repitan crecidas de ríos en los siguientes años, algo que no se puede descartar.
Frente a este escenario, el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, matiza la opinión del sector privado. Comenta que se encuentran optimistas respecto a la temporada de verano, porque el trabajo de cooperación público-privado ha conseguido restablecer y normalizar los sistemas de riego en todo Chile, para lo que el Estado destinó casi $20.000 millones a través de Indap y la Comisión Nacional de Riego.
Rescata, además, el trabajo realizado por las juntas de vigilancia, quienes han ejecutado una rápida labor para reponer los sistemas.
Por ello, el secretario de Estado afirma que no debería mostrarse una reducción en las exportaciones de fruta que, de hecho, asegura, 'Asoex estima que este año podrían aumentar incluso en un 10%'.
¿A quién le corresponde costear los daños? En la ruta del agua, cabe hacer una distinción entre instalaciones extraprediales e intraprediales. A la primera corresponden canales, ríos e infraestructura fuera de los predios particulares, que tienen una administración común, principalmente estatal. Por otra parte, intrapredial refiere al resto de instalaciones, que tienen a juntas de vigilancia o a particulares como propietarios.
Carlos Ciappa explica que, como las instalaciones son de propiedad de los canalistas, son ellos quienes debiesen concurrir a reparar sus propias instalaciones. Ahora bien, por cómo funcionan las agrupaciones de canalistas, hay circunstancias en que la magnitud de los daños son tan grandes que no llegan a cubrir ese nivel de gasto. Ahí es donde se pide la ayuda del Estado.
Por otra parte, los cauces públicos son bienes nacionales y los únicos que pueden resolver y gestionar son entes públicos. Al respecto, Crespo apunta que 'hay muchas instituciones para ello en Chile'. De hecho, agrega, 'el Banco Mundial hizo una investigación por encargo del Estado de Chile y detectó que había 39 instituciones públicas que tienen tuición sobre las aguas'.
Esta gestión considera a actores como la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), que tiene que ver con las defensas fluviales y evitar los desbordamientos de los ríos, y depende del Ministerio de Obras Públicas; o la Dirección de Vialidad, que tiene que ver con los puentes.
La autorización para entrar a un río o a un estero depende de la Dirección General de Aguas (DGA), y otro actor importante son las municipalidades. 'Estas tienen la facultad de aceptar y autorizar la extracción de ripio para todo lo que es árido en general', señala Crespo.
Para el caso puntual de este año, el dirigente sostiene que, en vista de que la reparación correspondió a las agrupaciones de canalistas, los gastos extraordinarios tendrán que cubrirse con presupuesto que sale del bolsillo de los regantes.
Esto ocurre a nivel de los particulares y agrupaciones. A nivel país, el presidente de la SNA propone que un 70% de la inversión debería corresponder al Estado, y un 30% a las agrupaciones de canalistas.
El director ejecutivo de la CNR, Wilson Ureta, afirma que el calendario de concursos 2023 de la Ley de Riego contempló un total de $116.000 millones para apoyar a los regantes en el desarrollo de distintas obras de riego, con un especial enfoque en la pequeña y la mediana agricultura.
Agrega que la nueva Ley de Riego funcionará como una palanca para promover la productividad y el desarrollo rural, pues 'incrementará los apoyos estatales a la pequeña y mediana agricultura, y será una importante herramienta de adaptación del sector agrícola al cambio climático'.
Planificación hídrica Según estudios de Corfo, el sector agrícola representa la mayor parte de la demanda potencial de agua en Chile (90% verano, 60% invierno). Las voces incumbentes coinciden en que hay agua para este verano, pero no se puede garantizar que siempre tendremos años lluviosos.
'El problema es que Chile carece de una planificación hídrica. Contar con ello permitiría hacer políticas públicas donde hoy, probablemente, solo hay actores independientes haciendo su negocio', señala el experto regulatorio Carlos Ciappa.
'Cuándo preguntas cuál es la planificación hídrica de Chile, nadie sabe contestar, porque no existe. Si bien hay un listado de embalses que se van a construir, lo cierto es que los embalses solucionan el 10% del problema de aquí a 20 años; entonces, ¿cómo vas solucionar el otro 90%?', cuestiona el abogado.
Al respecto, Walker plantea que 'no porque en el sur haya reservas suficientes de agua para esta temporada vamos a olvidarnos de que es urgente solucionar el tema de fondo. Hay que avanzar en la construcción de los embalses, desaladoras, trasvasijes de cuenca, sistemas de recarga de acuíferos, riego tecnificado, etc.'.
A su vez, el presidente de la SNA resalta que la Región de Coquimbo está sufriendo la sequía más grande de su historia, donde hay zonas que 'simplemente no están pudiendo regar un porcentaje muy alto de su superficie'.
Agrega que, si bien las inundaciones no fueron una preocupación para esa región, deben enfocarse los esfuerzos en el abastecimiento de agua de cara al verano. Desde el Gobierno dicen que han comprometido una inversión cercana a $30.000 millones para los próximos tres años en sistemas de conducción de agua y abastecimiento para la zona.
El ministro de Agricultura sostiene que hoy sí se trabaja en la estrategia hídrica, una política de embalses que está activa, donde incluso participará Codelco en la inversión, y que también considera seguridad hídrica, desaladoras y la Ley de Riego, que pone énfasis en la conducción y tecnificación.
Crespo agrega un aspecto adicional: 'Cada región debería presentar su propia mirada, de modo que permitan construir desde ahí soluciones para cada cuenca. Para ello, el Estado tiene que bajarse del pedestal y reconocer sus insuficiencias'.
Los privados, en tanto, hacen un llamado al Gobierno, para que, tal como se hizo con las energías renovables, la reparación e inversión en la infraestructura hídrica se transforme en un asunto de Estado que garantice la seguridad hídrica de Chile.
Fuente: El Mercurio
En los últimos años nos habíamos acostumbrados a tener un noviembre caluroso, sin lluvia y con temperaturas de verano. Sin embargo, este 2023 trajo consigo cifras récord de precipitaciones en Santiago y la zona central.
Justamente, cuando el undécimo mes del año ya pasó la mitad, y queda casi un mes para el inicio del verano, éste ha registrado ya dos extraños y atípicos eventos de precipitaciones. Sin embargo, éstos parecen haber quedado en el pasado, ya que Santiago y la zona central se aprontan a jornadas de mucho calor en los próximos días y semanas.
Santiago se apresta a vivir otro evento climático extremo La nueva historia de calor en Santiago comenzará con fuerza este domingo, por lo que presenciaremos otro evento climático extremo, aunque diametralmente opuesto. La Dirección Meteorológica de Chile (DMC) indica que desde hoy, y durante los próximos días, las temperaturas bordearán los 30°C, con cielos despejados, variando a nubosidad parcial.
AccuWeather también señala que el registro estará en torno a 30°C, situación que se extenderá durante toda la próxima semana, sobre todo el fin de semana. Incluso, la semana subsiguiente el fenómeno sería aún mayor, llegando incluso a 33°C.
The Weather Channel establece que durante los próximos días, y hasta fin de mes, las máximas no bajarán de 25°C, llegando a 28° y 29°C. Similar diagnóstico climático de Meteored, que señala que en la última quincena de noviembre, las máximas no descenderán de 25°C, con varias jornadas en torno a 28°C y 29°C.
Este escenario de calor ocurrirá en un noviembre considerado el más lluvioso de los últimos 13 años (a la fecha), superando a 2015 (5 mm), pero aún lejos de 2010, que alcanzó 37 mm de lluvia. En 2021, 2020, 2019, 2018, 2017 y 2016 no llovió. Eso si, y lo que es un detalle importante, al presente mes todavía le quedan 20 días de desarrollo, por lo que el registro podría seguir aumentando.
Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, explica que “el récord histórico absoluto de precipitaciones para noviembre es de 1978 con 82 mm, seguido por 2004 con 59 mm”.
“Con las precipitaciones registradas durante noviembre, se superaron los 300 mm en lo que va a corrido del año, lo que no sucedía desde 2008. Santiago rompió una alarga racha de 14 años con déficit de precipitaciones, dando fin estadístico a la megasequía en la capital. Noviembre de 2023 ya es el séptimo mes de noviembre más lluvioso registrado en la capital en los últimos 70 años”, indica el climatólogo.
Santiago se apresta a vivir intensas jornadas de calor: la otra cara de la moneda La primavera meteorológica 2023 (septiembre, octubre y noviembre) entró en el top 5 de primaveras más lluviosas registradas en la capital desde 1950. “Es de hecho, la primavera más lluviosa ya desde el año 2000, es decir, tenemos la primavera meteorológica más lluviosa en 23 años”, agrega.
Además de lo descrito en Santiago, el fenómeno se ha extendido por diferentes partes de Chile, como La Serena, Valparaíso, Santiago, Talca, Chillán, Concepción y Torres del Paine, entre otras zonas.
“No es poco frecuente que se registren precipitaciones en varias zonas del país al mismo tiempo, pues en Chile las precipitaciones están asociadas a la llegada de sistemas frontales. Sin embargo, es bastante menos frecuente que las precipitaciones se registren al mismo tiempo en la zona centro, centro sur, Patagonia, y norte de la península Antártica. Se trata de una coincidencia favorecida por una configuración sinóptica particular poco frecuente”, explica Cordero.
Y como si eso fuera poco, también se han presentado tres fenómenos adicionales, generando una extraña conjunción climática: vaguada en altura, circulación ciclónica e inestabilidad postfrontal.
Cordero señala que las precipitaciones este año han estado muy probablemente favorecidas por el fenómeno de El Niño. “Este calentamiento anómalo en la temperatura superficial del pacífico tropical oriental, ayuda la presencia de lluvias en Chile. Las precipitaciones registradas en Santiago este año son muy similares a las que se evidenciaron en la capital en 2017, cuando se registró por última vez El Niño intenso en la zona 1+2 (la que afecta a Chile)″.
“El Niño es un calentamiento anómalo del mar, frente a las costas de Ecuador y Perú. Aunque El Niño ocurra a miles de kilómetros, sus efectos se sienten en Chile y en todo el mundo”, aclara.
Fuente: Latercera.com
'Este año se ha dado la ecuación perfecta en contra de la producción de cerezas', dice con preocupación Andrés Ureta, asesor de cerezos y carozos y director del Centro de Investigación y Desarrollo Agrícola (CER).
Su diagnóstico se basa en las condiciones cálidas del otoño e invierno, que en la primera parte dificultaron la entrada en receso de los cerezos y luego impidieron alcanzar la acumulación de horas de frío necesarias en la mayor parte de las zonas cereceras del país, a lo cual se sumó un inicio de la primavera con lluvias abundantes y clima frío.
'Tenemos una baja producción hacia el norte, por la falta de horas frío, y problemas de cuaja hacia el sur debido al exceso de lluvias de septiembre, cuando la planta empieza a despertar. Después hubo una floración donde faltó una buena temperatura para el desarrollo del tubo polínico, lo que también afectó la cuaja', dice.
Sin contar las lluvias de los últimos días en algunas zonas productoras, proyecta que la temporada comenzó con una cuaja 20% inferior a la campaña pasada y que los volúmenes de cosecha de las cerezas podrían variar de acuerdo con las condiciones climáticas de las próximas semanas, donde las lluvias y sus efectos serán el factor clave.
Si bien la preocupación por posibles precipitaciones está presente siempre en la previa de la cosecha de las cerezas, este año ha cobrado una relevancia especial por la presencia del fenómeno de El Niño, que trae asociadas lluvias tardías y que ya se mostró durante septiembre, al ser el comienzo de una primavera más lluvioso de los últimos 23 años.
'Los registros de precipitaciones de septiembre tienen gran relevancia debido a la gran extensión del territorio nacional que presenta la condición de lluvias sobre lo normal y a la cantidad de precipitaciones acumuladas durante el mes, siendo la más importante desde 2001', asegura un informe de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC).
Para los próximos meses, los modelos de predicción climática indican que es probable que ocurran nuevas lluvias a lo menos hasta diciembre en la zona central y el sur, por encima de los niveles normales.
Nuevas lluvias Las lluvias inusuales que se han registrado en la zona central, llegando hasta la Región Metropolitana, podrían repetirse durante el resto del mes e incluso en diciembre, con eventos pequeños pero periódicos.
'La probabilidad de que se repitan estos fenómenos de lluvias es alta porque El Niño todavía está en un nivel máximo. La temperatura del océano es alta, lo que hace que los frentes lleguen con mucha más facilidad al continente, en una época en la que ya no deberían llegar con tanta facilidad', explica Fernando Santibáñez, doctor en bioclimatología y profesor de la Universidad de Chile y la Universidad San Sebastián.
Con ese panorama, explica que las aguas calientes deberían comenzar a retirarse del océano Pacífico recién a fines de diciembre, para desaparecer por completo en mayo del próximo año, por lo que las condiciones de precipitaciones se seguirían repitiendo durante todo el verano, sin que se puedan descartar más lluvias.
'En diciembre recién empezará a declinar la probabilidad de lluvias, pero es un proceso lento, que se va a extinguir por completo a mediados del otoño, así es que vamos a seguir con este tiempo variable, con días cálidos sucedidos de días frescos… Las condiciones actuales deberían hacerse sentir por lo menos hasta mediados de diciembre', proyecta.
Otro punto importante que destaca el especialista es la mayor humedad del aire de esta primavera, lo que reconoce como un fenómeno más sutil o inadvertido, pero que también puede generar una mayor propensión a la infección de las frutas por hongos y bacterias.
'Este año son tres los factores que operan en contra de las cerezas: la temperatura baja, las lluvias y la humedad del aire, sobre todo en las noches frescas, que producen rocío', dice Fernando Santibáñez.
Temperaturas variables El comportamiento de las temperaturas máximas y mínimas también es seguido con atención por los productores. Para noviembre, diciembre y enero se espera que las mínimas tengan una condición de normal a sobre lo normal entre las regiones Metropolitana y de O'Higgins, según explican desde la DMC, mientras que entre Maule y Ñuble estarían bajo lo normal.
'En las temperaturas máximas, se estima que entre las regiones Metropolitana y Ñuble se muestren condiciones sobre lo normal en los próximos meses', aseguraMatías Pino, meteorólogo de la Oficina de Servicios Climáticos de la DMC.
Como se esperan temperaturas máximas más altas y una mayor probabilidad de precipitaciones, en la DMC sugieren seguir las recomendaciones de los asesores y ser rigurosos con los tratamientos preventivos para evitar la proliferación de hongos, infecciones y enfermedades en las plantas y huertos, además de mantener limpias las herramientas y maquinarias.
'Existe una alta probabilidad de que las poblaciones de insectos puedan adelantar su presencia en los huertos y aumentar sus poblaciones rápidamente, dependiendo de cómo se van presentando las temperaturas a nivel local, por lo que es recomendable realizar un monitoreo frecuente', señala el informe de perspectivas agroclimáticas de la Dirección Meteorológica de Chile.
En cuanto al escenario que se ha previsto con olas de calor para la zona central en el verano, posterior a la cosecha de las cerezas, Fernando Santibáñez afirma que se mantiene, aunque deberían ser más acotadas.
'El escenario de olas de calor se mantiene, aunque probablemente no serán tan extensas como otros años y podrían ser más cortas, alternadas con períodos más frescos, porque entrará nubosidad desde la costa, ya que hay mucha nubosidad en el océano Pacífico', detalla.
'Los productores deben estar atentos en el caso de un aumento mayor en las temperaturas rumbo al verano, respecto de lo ocurrido en septiembre y octubre, que presentaron temperaturas más bien frías, porque se puede generar un incremento acelerado en la evotranspiración de los cultivos y eventualmente apurar los procesos de maduración', añade Sara Alvear, ingeniero agrónomo de la Oficina de Aplicaciones Meteorológicas de la DMC.
Manejo fino Mediante el uso de algoritmos y la información que proporcionan distintos productores, en el CER trabajan con la herramienta CER Analytics para predecir el porcentaje de cuaja de las flores por cada hectárea de cerezos, lo que esta temporada ha resultado clave.
'Con este modelo matemático sabemos las cantidades de flores que tendremos disponibles de acuerdo con las condiciones de frío, y este año estimamos menores cuajas, por lo que hicimos podas más suaves, dejando más flores por hectárea', explica Andrés Ureta, como una de las primeras medidas que tomaron esta temporada.
A eso han añadido medidas como aplicar productos para aumentar la cuaja y fungicidas preventivos durante la etapa de floración del cerezo, con miras a asegurar el volumen y disponibilidad de fruta, aunque reconoce que todas las medidas no han sido suficientes.
Frente a las lluvias, la primera herramienta son los techos –aunque buena parte de los huertos del país no cuenta con ellos– y la aplicación de protectores contra la partidura en las cerezas, que fijan una capa protectora, pero no son infalibles.
'Estamos tratando de mantener los suelos bien regados, de modo que no haya una variación demasiado drástica en la humedad del suelo, que provoca una partidura fisiológica, y también existe el uso de helicópteros en caso de lluvias, para secar rápidamente', explica.
En cuanto al riesgo de enfermedades fungosas, agrega que los productores están realizando aplicaciones preventivas de fungicidas y que, después de las lluvias, también han seguido aplicando en forma periódica para mantener la fruta sana.
'Estamos en un escenario complicado. Los pronósticos no son alentadores y vamos a tener lluvias en noviembre y diciembre, y con cada evento que va pasando bajan los volúmenes en forma considerable para algunas variedades', proyecta.
Fuente: El Mercurio - Campo
Esta semana se llevó a cabo la inauguración del primer proyecto concreto de Biociudad, la nueva estrategia de Aguas Andinas para hacer frente a los efectos del cambio climático con soluciones innovadoras y con visión de futuro.
Se trata del nuevo Estanque Bicentenario, una infraestructura 100% subterránea en medio del parque del mismo nombre en Vitacura, que permitirá optimizar el aprovechamiento de aguas subterráneas en el sector y reforzar el suministro para la Región Metropolitana.
El proyecto permitirá una mayor independencia de las aguas superficiales, las más impactadas por la extensa y profunda sequía que afecta a la zona central del país. Sumado a lo anterior, la nueva infraestructura posibilitará el almacenamiento del agua proveniente de cuatro pozos ubicados en el eje de Américo Vespucio Oriente.
El nuevo estanque Bicentenario se suma a la lista de nueva infraestructura hídrica que busca desplegar la compañía para aumentar la resiliencia y el respaldo hídrico de la Región Metropolitana frente a los embates de la sequía y el cambio climático. Todos los detalles se pueden encontrar en www.biociudad.cl
El gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, valoró la iniciativa. “El cambio climático llegó para quedarse y, en consecuencia, todos los actores públicos y privados tenemos que tomar acciones concretas y urgentes para prepararnos y adaptarnos a esta nueva realidad. Este nuevo estanque de Aguas Andinas, sumado a otras obras que extraen agua subterránea, están aumentando la seguridad hídrica de Santiago, permitiendo que podamos aumentar la autonomía ante fenómenos climáticos inesperados. Y lo más importante, asegurar el agua para el consumo humano de todas y todos los santiaguinos”, afirmó la autoridad regional.
El proyecto va en línea con la constante búsqueda por generar infraestructuras en armonía con el entorno y las comunidades. De esta manera, Aguas Andinas firmó un acuerdo con la Municipalidad de Vitacura, que estableció la restitución de 7.500 m2 de parque y la plantación de especies autóctonas de bajo consumo hídrico como espinos, algarrobos, lirios chilenos, verbenas patagónicas, plumas de oro, malva de cerro, entre otras.
La alcaldesa de Vitacura, Camila Merino, valoró los beneficios que potenciará en el sector el nuevo estanque Bicentenario: “Este hito es, además, un testimonio de nuestra capacidad para afrontar desafíos en conjunto con la empresa privada. En el contexto del cambio climático, esta inversión aporta a la seguridad hídrica de más de 80 mil vecinos, no sólo de Vitacura, sino que también de Las Condes”.
Fuente: Infinita.cl
Hoy la ola de calor en Río de Janeiro volvió a romper el récord de la máxima histórica registrada alcanzando los 58,5 grados Celsius. El 2023 el déficit de precipitaciones en el continente llegó al punto de que casi la totalidad de los países latinoamericanos han tenido que enfrentar problemas de abastecimiento de agua.
En junio de 2023 fue publicado el informe “Panorama de los desastres en América Latina y el Caribe”, que muestra un resumen de los factores ambientales que más han afectado a la región durante los últimos 22 años. La sequía se consolidó como el desastre que ha impactado a más personas, 53 millones aproximadamente, en América Latina y el Caribe.
Respecto a las soluciones para este problema, el reúso de aguas residuales y la desalación de agua de mar aparecen como las medidas más adecuadas para abastecer de agua a personas e industrias. Hoy existen 23 plantas de desalación en operación en Chile, seis en Perú y dos en México. Estas surgen como respuesta para el consumo humano y, en el caso chileno, además para abastecer a una de las mayores industrias del país, la minera.
Sequía y proyectos de desalación y reúso Hace unas semanas fue aprobado por amplia mayoría el proyecto que faculta al Ministerio de Obras Públicas (MOP) a construir plantas desaladoras, ya sea a través de concesiones o directamente. Desde la Asociación Chilena de Desalación y Reúso, ACADES, su presidente Carlos Foxley, destacó que innovar en soluciones que permitan alcanzar la seguridad hídrica es algo urgente, ya que “estamos varios años atrasados y cuando se trata de agua, no se puede esperar”.
Contrario a lo que se cree, a pesar de haber tenido cifras de lluvias más altas que años anteriores, las regiones de la zona norte y centro norte continúan expuestas al déficit hídrico. La región de Coquimbo, por ejemplo, vive cifras históricas, en donde provincias como la de Limarí ha tenido que cerrar campos por la falta de agua. En el sector de Tambillos, también en Coquimbo, 3.000 familias se están quedando sin agua potable.
“Coquimbo y La Serena están viviendo su propio Día Cero, al igual que Ciudad del Cabo y Montevideo. De proyectarse la situación actual, deberán enfrentar racionamientos como el de Ciudad de México en 4 o 5 años más, siendo imposible con nuestra actual institucionalidad ambiental y sectorial que entre a operar una planta desaladora que pueda abastecer a los habitantes de la región en dicho plazo”, menciona Rafael Palacios, vicepresidente ejecutivo de ACADES.
Situación crítica en toda Latinoamérica El escenario no es negativo solamente para Chile, países como México, Uruguay, Panamá y Brasil son algunos de los que también viven las consecuencias de la falta de lluvias, donde el concepto de crisis hídrica se volvió parte del vocabulario cotidiano.
El caso más reciente es México, país donde el pasado 10 de noviembre se anunció un mega corte de agua, que afectará a la Ciudad de México y el Estado de México, transformándose en el más grande en la historia del Cutzamala. La decisión fue tomada tras la sequía que viven desde hace varios meses, e incluso, se llegó a la decisión de disminuir en un 25% el abastecimiento hídrico en dicha zona hasta abril de 2024.
En julio de 2023, medios uruguayos anunciaban que solo quedaba agua para 10 días en su capital, Montevideo. El embalse Canelón Grande llegaba al 2% de su capacidad y hacía tres años que las lluvias pisaban mínimamente el sector. En conversación con The New York Times, el ex director nacional de Energía, Ramón Méndez, señaló que “Uruguay fue tomado por sorpresa porque su gente pensó que nunca se quedaría sin agua dulce. Demoramos como país en tener una política nacional de agua, tal vez demasiado tiempo”. El ex Presidente uruguayo, José Mujica, dio sus disculpas al país, mencionando que “tendríamos que haber arrancado antes”.
El río más largo de Latinoamérica tampoco se salva. El Amazonas, que contiene la quinta parte del agua dulce del mundo, sufre las consecuencias de una sequía que avanza con mayor fuerza. A mediados de octubre el río llegó al nivel más bajo que se haya registrado en la historia y las autoridades locales mencionaron que son 62 las ciudades afectadas y 633.000 personas. Desde el Instituto Nacional de Investigaciones Especiales de Brasil, dicen que la peor sequía podría estar por llegar. Esperan que durante las próximas semanas comience la temporada de lluvias, pero en caso de seguir igual que desde el comienzo de la sequía en junio, se espera que por primera vez se viva un período tan extremo de falta de agua.
“La geografía de nuestro país es privilegiada para poder producir agua en forma sostenible mediante la desalación”, menciona Carlos Foxley, presidente de ACADES. “Si tomamos los ejemplos de lo que sucede en Latinoamérica, sería negar una realidad el no comenzar ya a tomar acciones concretas. Aprovechar el agua de mar es una de las pocas soluciones que pueden ayudar a garantizar un futuro donde no falte el recurso más importante para la vida, el agua”, agregó.
Fuente: G5noticias.cl
Una grave sequía en la región amazónica está perturbando los envíos de grano más de lo previsto, que impiden que las naves de Hidrovias do Brasil SA, uno de los principales operadores de barcazas de Brasil transporten por la vía fluvial productos como maíz y soja. Ante esto, ejecutivos de la empresa prevén para este año resultados inferiores a los pronosticados anteriormente, reporta Bloomberg.
Hidrovias do Brasil opera a lo largo de una ruta conocida como el Arco Norte, un conjunto de puertos a lo largo del Amazonas y la costa atlántica nororiental de Brasil que transportan cosechas desde las operaciones agrícolas del centro de Brasil. Según las mediciones de la propia empresa en uno de los ríos de la región, los niveles de agua son aproximadamente un 40% más bajos que en el mismo periodo del año pasado.
Como consecuencia, la sequía reduce la cantidad de carga que puede transportarse y obliga a dividir los volúmenes en porciones más pequeñas para que las barcazas puedan atravesar los puntos críticos donde los ríos están en su nivel más bajo. Debido a estas dificultades y a la previsión de paradas por mantenimiento, Hidrovias do Brasil ha recortado sus previsiones.
Las ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización no alcanzarán más de US$158 millones este año, dijo la compañía. Esta cifra es casi un 15% inferior a las expectativas anteriores del mercado, según un informe de XP Investimentos. Además, la empresa incurrirá en altos costos por operaciones ineficientes, según un informe..
Aunque Hidrovias espera que los niveles de agua se recuperen en los próximos meses, la sequía amazónica ya ha tenido consecuencias en todo el sistema logístico de Brasil. Ello se debe a que las exportaciones de grano se están desviando a los abarrotados puertos del sureste. Mientras los agricultores recogen cosechas abundantes de cereales y una cosecha récord de azúcar, los buques esperan hasta 40 días para cargar azúcar en el mayor puerto de Brasil.
Fuente: Mundomaritimo.cl
La crisis hídrica que afecta a Villa Carlos Paz y al Valle de Punilla alcanzó su punto más alto el fin de semana y hubo cientos de vecinos que estuvieron sin agua durante varios días.
El municipio de Carlos Paz tiene a su cargo la prestación del servicio de agua potable y también distribuye el recurso a las localidades vecinas del sur del Valle de Punilla.
El sábado por la noche, después receptar muchas denuncias por la falta de agua en los barrios, decidió decretar la alerta roja en la provisión del recurso.
Esta regulación implica que sólo está permitido el uso del agua para el consumo humano y quedan prohibidas actividades como el lavado de veredas, autos y riego, entre otras cuestiones.
Carlos Paz y la región toman el recurso en la zona alta del río San Antonio, en jurisdicción de la comuna de Cuesta Blanca, al pie del inicio del Camino de las Altas Cumbres, la autovía que llega hasta el Valle de Traslasierra.
En tanto, la ciudad de Córdoba capta el 70 por ciento de su provisión del lago San Roque, uno de los diques más viejos de la Argentina que fue construido para ser el reservorio de la capital provincial a principios del Siglo 20.
Este martes, el nivel del embalse está en 29.90 metros, más de 5 metros por debajo de su cota máxima. La situación es habitual para esta época del año y hay que remontarse a 2009 para encontrar una situación peor que se vive en estos días.
La última alerta roja se había decretado en 2020, con el lago en 29.27 metros.
La imagen que ofrece por estos días la desembocadura del río San Antonio, uno de los principales afluentes del lago, es una muestra de lo que fue dejando la sequía en Carlos Paz.
El subsecretario de Agua y Saneamiento del municipio, Roberto Cotti, admitió que la situación es muy difícil y que para revertirla no resta más que esperar que llueva.
El funcionario dijo que el consumo está por debajo de lo normal para esta época del año, aunque la falta de lluvias impide que los niveles en el caudal del río posibiliten mejorar la captación.
Si no llueve, la crisis se agravará y eso preocupa a los empresarios del sector hotelero ya que la temporada de verano está cada vez más cerca.
Cuatro días sin agua Silvina, vecina de barrio Costa Azul, contó que estuvo sin agua durante cuatro días. “Hice el reclamo los días sábado y domingo y tenemos un tanque cisterna gigante en el barrio que estuvo roto durante mucho tiempo y no sabemos si está funcionando porque nunca nos contestaron”, expresó la vecina y afirmó que la emergencia hídrica se tendría que haber decretado antes.
“Deberían buscar una forma de que todos los barrios tengamos agua por igual”, aseveró.
El lunes, el municipio dispuso cortes por sectores en el suministro para regular la provisión en los distintos sectores de la ciudad.
Por qué no hay agua en Córdoba Marcelo García es investigador del Conicet y docente de la Universidad Nacional de Córdoba, y advirtió que hay una situación extraordinaria que se da en los ríos tras 180 días sin lluvias.
García se especializa en la cuantificación de la cantidad de agua disponible en los cursos de agua.
“Hay dos situaciones que se dan en paralelo y una es el lago San Roque, que está en el promedio habitual para esta época del año”, dijo el experto y agregó: “Esto se debe a que se hizo un manejo y un control exhaustivo del embalse. Ahora cuando uno va hacia los ríos aguas arriba, como no hay forma de controlar los escurrimientos, tiene una situación de déficit muy importante en los ríos y arroyos”.
García explicó que no estos cursos de agua no tienen regulación del hombre y se llegó a una situación extraordinaria en los últimos 30 años.
“Todos los cursos de agua que contribuyen al lago están muy por debajo de los valores normales”, remarcó.
Para el especialista, la tendencia climática indica que noviembre seguirá por debajo de la media de lluvias para esta época del año y recién se espera un volumen de lluvias importante para mediados de diciembre. “En los próximos 30 días va a costar recuperar los niveles de los ríos”, remarcó García.
Fuente: Clarin.com
Los suelos agrietados y expuestos de partes del lago Titicaca, la mayor masa de agua dulce de Sudamérica y el lago navegable más alto del mundo, enclavado en medio de la cordillera de los Andes, son una señal de alarma para el agricultor Manuel Flores.
Sus cultivos están resecos, los pozos de agua cercanos se han secado producto de una prolongada falta de lluvias y su ganado lucha por sobrevivir. Como muchos de los que viven en el lago o sus alrededores, solía desplazarse fácilmente en bote. Ahora camina por el lecho seco de Titicaca.
El lago, considerado una deidad por los pueblos indígenas que vivían en sus orillas, es un ecosistema importante para la fauna y una fuente de agua para millones de personas, incluida la población de El Alto, una ciudad ubicada unos 40 kilómetros al este.
Esto es lo que va quedando del Titicaca: el dramático retroceso del lago más grande de Sudámerica Pero los niveles de agua del Titicaca están alcanzando mínimos históricos, empeorados por el fenómeno meteorológico de El Niño, que disminuye las lluvias en la zona, y agravando una prolongada sequía y temperaturas elevadas poco frecuentes.
Científicos señalan que condiciones climáticas extremas de este tipo se están volviendo cada vez más comunes a nivel mundial debido al cambio climático, que también intensifica los efectos de El Niño.
"Tengo 50 años. Nunca este lago Titicaca se había secado como ahora. Esto nos afecta a nosotros, porque ya no hay alimentos para nuestro ganado y no nos podemos trasladar en bote", dijo Manuel Flores. "Ahora tenemos que caminar y nuestros cultivos ya no existen porque no llueve desde el año pasado".
La sequía se acerca a niveles críticos para la agricultura de la región, dijeron campesinos y expertos. Si no llueve a principios de diciembre no habrá siembra de papas, uno de los alimentos básicos de las comunidades rurales y las ciudades de Bolivia.
Alrededor de la masa de agua, especialmente en el "Lago Menor", más pequeño y menos profundo, las aguas se han retirado de la orilla, en parte debido a la falta de lluvias, las altas temperaturas y el retroceso de los glaciares andinos, cuyas aguas de deshielo normalmente lo alimentan.
La disminución del lago Titicaca refleja un problema regional e incluso mundial, que según los expertos está relacionado con el cambio climático.
"95% de la pérdida de agua del lago es debido a la evaporación, lo que demuestra que es totalmente (por causa) del cambio climático", afirmó Xavier Lazzaro, especialista en sistemas acuáticos del instituto de investigación francés IRD.
Según MapBiomas Agua, que ha supervisado los cambios en las masas de agua superficiales de la zona durante dos décadas, en Bolivia se ha producido un descenso del 39% de las aguas superficiales naturales, como ríos y lagunas, entre 1985 y 2022.
Este descenso se produce mientras las temperaturas mundiales han alcanzado máximos históricos, lo que ha afectado a ríos, lagos y glaciares desde Estados Unidos hasta Asia.
"Son muchos los factores, muchas son las causas", afirma Rodney Camargo, responsable de la ONG local Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN).
"Por una parte, tenemos las causas locales que conocemos: deforestación, incendios, actividades humanas, grandes obras hidráulicas que sí están afectando. En términos globales efectivamente el cambio climático, fenómenos como El Niño y La Niña, que provocan inundaciones y sequías".
De vuelta en el lago Titicaca, Fredy Aruquipa, la persona encargada de vigilar el nivel del agua del lago, observa cómo desciende diariamente.
"Cada vez está bajando un centímetro el agua, de centímetro a centímetro", dijo.
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