29 de enero de 2024
Aquí dejamos un resumen de nuestra selección de las noticias más relevantes de la semana pasada sobre el agua en Chile y el mundo.
Coquimbo se seca. El impacto no es solo local, sino para buena parte de los chilenos: de la zona salen hortalizas y frutas que alimentan a los habitantes del país.
Ya van cerca de 15 años en que las lluvias y la nieve disminuyerono dejaron de caer, en las distintas regiones del país y la sequía dejó de serlo, convirtiéndose en escasez hídrica estructural. Significa que Chile ya no volverá a tener el agua —ni la nieve— que tuvo, ni en volumen, ni en las zonas, ni en las fechas en que existía. Y si bien se buscan fórmulas para contar con nuevas fuentes de agua dulce, el gran desafío es garantizar la seguridad hídrica, es decir, que el agua disponible alcance para todo y todos.
Y en eso la información de calidad, el acceso y la capacidad de procesarla se transforma en un elemento clave, recalca Pablo Silva Jordán, socio de Gestión Hidrología e Ingeniería (GHI) y experto en hidrología de la universidad UC Davis Chile.
'Se trata de conectar la hidrología con la toma de decisiones. Se trata de acercar el ciclo del agua, que es de matemática simple en términos de balance hídrico, pero que requiere modelación, con variables y modelos de clima global, que son complejas, para los que toman las decisiones', explica Silva Jordán. Por ello, 'hay que meterle números y planificación, a partir de la información y de los datos existentes, para así avanzar con más certezas en la seguridad hídrica', dice. Explica que las herramientas tradicionales, como el atlas agroclimático, con el cambio climático ya no son tan eficientes para tomar las decisiones, porque estas hoy son de distinta índole, como, por ejemplo, si perforo o no un pozo, si construyo un tranque, si planto o no una nueva superficie o, incluso, si la variedad o especie que voy a utilizar es la adecuada para la zona. Y esas decisiones requieren análisis de los datos específicos del ciclo hidrológico de cada zona y realidad hídrica, en cada temporada.
'Te dicen: 'no me alcanza el agua porque riego 24/7 del 15 de diciembre al 15 de febrero'… Pero al revisar los datos se ve que hay un 20% de la semana que el sistema, por distintas razones, no funciona, ahí es cuando hay que meter datos concretos y reales y no quedarse en la sensación o percepción de que ocurre algo. Mucho de lo que se hace hoy no está apoyado por números. Y , cuando se ponen, se pueden tomar y justificar decisiones que permiten garantizar el agua. Eso es a escala local y también al nivel macro de la cuenca.
Silva agrega que este manejo se vuelve esencial para evitar incluso conflictos en la convivencia con y entre las comunidades y usuarios, especialmente porque no solo hay menos agua disponible, sino porque además donde antes había dos o tres agricultores, hoy en el mismo espacio existen 100 parcelas, que también necesitan agua.
'Con los datos podemos planificar, por ejemplo, el riego, de acuerdo a la realidad hídrica del momento y a las distintas necesidades de un lugar determinado. Esto permite planificar y al mismo tiempo evitar problemas. Se habla de gestionar la comunicación, la relación, la gestión y los monitoreos de los pozos… Entonces, para tener seguridad hídrica, más que convivir hay que integrarse proactivamente, comunicarse mejor con los vecinos, por ejemplo, en el uso de pozos y canales. Entonces, la información se vuelve en el elemento central'.
Hay datos, pero... El experto reconoce que en los últimos 10 o 15 años, el desarrollo e incorporación de tecnología ha permitido generar muchos datos que debieran ser analizados y modelados para poder planificar qué se hará en un campo.
'Es a partir de esa información que se puede comenzar a sintonizar las perillas a las nuevas situaciones a las que no estábamos acostumbrados. Eso permite enfocar adónde van los litros, entendiendo que el balance anual da para todo. Cada vez se tiene más conciencia de que los litros que tenía antes, ya no son los mismos y necesito tomar decisiones, como si crezco o no. Debo ver hacia dónde destinar los metros cúbicos que hoy tengo disponibles. En el sector, la decisión más tradicional es de inversión asociada a cuánta agua necesito y para qué la voy a usar, para ampliación de superficie o reconversión; o la dura decisión de qué dejo de regar primero. Ahí es cuando la información hidrológica permite una decisión más eficiente', dice.
Según Silva, junto con avanzar en tecnología y en cantidad de información, a nivel de usuarios ha crecido la conciencia de la importancia de ella, así como el desarrollo de programas y plataformas para acceder a ellos, como las de la Comisión Nacional de Riego o el Sistema Hidrométrico en línea de la DGA, que entrega en línea —cada una hora— información fluviométrica, meteorológica, de calidad de agua, de nieve y los niveles y volúmenes de embalses y lagos.
'Esta democratización de la información permite hacer una mejor planificación a nivel de los tomadores de decisiones y también de los usuarios', comenta.
Pero, insiste en que no sirve de nada avanzar en juntar datos si no son confiables o si no se analizan y utilizan para la toma de decisiones.
'Por ejemplo, se nota un avance en monitoreo de extracción efectiva, porque hay que cumplir la ley y por eso se instala un equipo… Entonces, tenemos la data, pero no se utiliza, porque gana el día a día. Pero, por ejemplo, el 2023, con las intensas lluvias que ocurrieron en algunas regiones, fue clave para establecer línea de base y a partir de ahí establecer los rangos la recuperación de los pozos en invierno, cómo se comportó el río o el canal en invierno. Eso es lo que permitirá planificar y proyectar qué voy a tener en agua y decidir qué hacer en la próxima temporada', enfatiza.
Pero también es es importante estar ajustando constantemente los sistemas.
'Hay que pasar por un período de ajustes, porque los sensores, los caudalímetros, las estaciones meteorológicas, fallan. Por lo mismo es importante que se tenga un plan de revisión. A nivel público hay procesos de revisión, pero la periodicidad de esos cambios y la oportunidad de contar con información confiable es crítica. Por ejemplo, lo que ocurrió en el invierno pasado, con la salida de los ríos. Si se revisan los registros, uno se encuentra que en muchos ríos no hubo registros de, por ejemplo, cuál fue el caudal de crecida de este año en muchos ríos. También hay muchas estaciones fluviométricas en cordillera en que el sensor no ha podido medir en los periodos de escasez hídrica porque no estaba dimensionado o instalado para un caudal tan bajo', explica.
Fuente: Revista del Campo - El Mercurio
El anuncio ya había sido informado a gerencia y dirigentes sindicales cuando los trabajadores que estaban de turno recibieron el llamado a reunión: “‘El directorio de Arauco decidió hacerle un cese indefinido a Licancel’, dijeron… quedamos plop”, recuerda René Núñez, ex trabajador de la planta de celulosa ubicada en Licantén, región del Maule, que comunicó el inicio de su proceso de cierre el 12 de septiembre de este año.
Hasta la fecha, la planta Licancel mantenía el 3% de la capacidad total anual de producción de celulosa cruda de pino de la empresa Arauco, cubriendo un 1,7% de sus ingresos totales para el año 2022. Desde la compra de las instalaciones de la fábrica en 1999, la presencia de la compañía en la zona contribuyó aún más a la economía local, aportando con aproximadamente 700 puestos de trabajo, directos e indirectos, este último año.
Los motivos del cierre indefinido que anunció Arauco en un comunicado enviado a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), apuntaban a las dificultades que “la extrema variabilidad climática” de la región estaba ocasionando en sus operaciones desde hace menos de 5 años, además de la baja disponibilidad de madera para uso industrial que habría generado “la ausencia de una política pública que promueva la reforestación”.
La historia de los motivos climáticos tras el cierre habría comenzado en 2020 cuando, producto de la sequía extrema que se vivía en la zona central de Chile, la falta de agua en el río Mataquito obligó a detener las operaciones de la planta por más de 2 meses. Paralelamente, el aumento de incendios forestales en regiones como el Maule y el Biobío afectó directamente y de manera significativa el abastecimiento de materia prima.
Para el año 2023, la sequía pasó al olvido y el caudal del río aumentó de manera histórica en invierno producto de dos temporales de lluvia de características extraordinarias. En junio y más tarde en agosto, el caudal de los ríos alcanzó récords históricos que provocaron el desborde del Mataquito que inundó toda la comuna y afectó los equipos e instalaciones de la planta que nuevamente debió detener su producción por la catástrofe.
Por curioso que suene, estos últimos desbordes del Mataquito se convirtieron en la gota que rebalsó el vaso, obligando a la gerencia a evaluar la continuidad de Licancel ante la combinación de problemas de origen humano y climático.
“Esta variabilidad climática, sequía en verano, inundaciones en invierno, sumado a que no existe materia prima suficiente, la ecuación lleva a concluir que la sustentabilidad a largo plazo de la planta no es posible”, comenta por teléfono Nelson Bustos, subgerente de Asuntos Públicos de Arauco, asegurando que si hay algo de lo que tienen certeza es que este tipo de escenarios van a volver a repetirse y, por ello, lo responsable era suspender de manera indefinida la producción.
Aun así, para algunos de los trabajadores existen razones económicas importantes tras los motivos expresados en el comunicado. Los problemas de abastecimiento habrían aumentado exponencialmente los costos de los recursos de Arauco para sus labores en Licancel, que cubría tan solo un 1,7% de los ingresos anuales totales de la compañía. A pesar de esto, la empresa reafirma que la decisión sólo se centró en el análisis a largo plazo de la situación climática.
Actualmente, la planta se encuentra en una etapa de preservación, que supone la limpieza y mantención de los equipos con la finalidad de eliminar maderas, combustibles y elementos inflamables para mantener la fábrica resguardada de incidentes como, por ejemplo, incendios.
“Como estas fábricas son químicas, hay muchos productos dentro de las cañerías de la red que hay que limpiar, contener y eliminar para preservar en forma segura las instalaciones, y obviamente también va de la mano con el tema medioambiental”, explica Winston Córdova, secretario del sindicato de trabajadores de Licancel. Para el 31 de diciembre de este año, la planta deberá quedar en gran parte desenergizada y limpia.
Crisis climática, un problema laboral René Núñez (59) llegó a trabajar a Licancel en 1993 como ayudante operador de caldera recuperadora, cuando la fábrica aún pertenecía a la empresa suiza Attizhold Holding. Comenta que, a pesar de todo, su reloj natural lo sigue despertando a las 5:30 de la mañana, tal como acostumbró a hacer por 30 años. Para él y el resto de sus colegas, el anuncio de su desvinculación fue inesperado, quedaron a la deriva y sin muchas posibilidades de encontrar una fuente laboral similar a la que tenían.
De los 163 trabajadores directos de Arauco que recibieron el comunicado de su desvinculación, a la fecha, el grueso ya fue finiquitado —como René—, otros fueron recontratados para continuar en labores de preservación junto a los tres dirigentes sindicales por razones del fuero, y, aproximadamente, diez trabajadores están en proceso de movilidad interna hacia otras fábricas de la empresa en la región. Sumado a ese número, se estima que cerca de 600 personas pertenecientes a las empresas de servicio externas a la compañía también quedaron sin trabajo debido al cierre.
Desde su instalación en 1992, la planta de celulosa se convirtió en un pilar fundamental en la economía de la comuna maulina, aportando cientos de puestos de trabajo a nivel regional. Esto se potenció aún más con la llegada de Arauco en 1999, manteniendo un nivel de producción importante que se comenzó a ver afectado estos últimos años. El cierre se dio en medio de una situación compleja para toda la comuna de Licantén que aún se encuentra viviendo los estragos de las dos inundaciones del Mataquito.
Es por esto que la bajada de telón de Licancel fue sorpresiva y demoledora para la localidad que, mientras lidiaba con rumores de cierre de otros servicios que quedaron anegados por el agua, recibieron como un golpe knock out esta noticia. El presidente del sindicato de trabajadores de la planta, Jorge Herrera, asegura que “no hubo ninguna sospecha de que pudiera suceder algo así. Estuvimos inundados en junio y, a principios de julio, ya estábamos en servicio, y veníamos produciendo normal hasta que el 21 de agosto llegó la otra inundación que vino como a rematar la planta”.
Actualmente, Winston y Jorge son parte del pequeño porcentaje de trabajadores que siguen yendo de lunes a viernes a Licancel para cubrir labores correspondientes al cierre. A fin de año deberán definir con la empresa qué va a pasar con ellos hasta que se les acabe el fuero. Ambos aseguran que la situación de quienes fueron desvinculados es lamentable, sobre todo por la fuga de profesionales que supone y por la dificultad que existe en la zona de poder encontrar un trabajo en la misma área.
“Hay un porcentaje de compañeros que va a hacer su jubilación porque estaban muy cercanos a eso, la mayoría, yo diría que un 60% más o menos joven, están en el proceso de decantación de quedarse sin trabajo”, explica Winston. René, por su parte, se encuentra cesante y haciéndose cargo del almacén de su casa para poder seguir teniendo un ingreso mensual mientras está sin trabajo, comenta que en la zona no hay muchas opciones en torno a lo que hacía en caldera, “ahora, si saliera una pega en una parada de planta, por ejemplo, por Constitución, a lo mejor me iría porque son 15 o 10 días, entonces ya son unas luquitas [dinero] extra”, asegura.
Actualmente, desde la Municipalidad de Licantén se encuentran levantando un catastro de información para estimar de manera más detallada la cantidad de personas afectadas por el cierre de la planta de celulosa Licancel. Al igual que sucede con otras empresas, la presencia de Arauco en la zona levanta oportunidades de comercio y trabajos en rubros como hostelería y alimentación, que también reciben consecuencias directas de este problema, incluso siendo de localidades vecinas como Iloca y Curepto, por ejemplo.
Jorge calcula que cerca de un tercio de los habitantes de Licantén se vieron afectados directa o indirectamente por el cierre: “Estamos hablando de más de 600 familias que trabajan con la empresa, de los cuales, si empiezas a sumar, son 2, 3 o 4 personas por familia. Es decir, más de 2000. El nivel de cesantía —que deja el cierre de la planta— es muy grande en una comuna que tenía como 6 mil habitantes”.
El alcalde de la comuna, Marcelo Fernández, asegura que están trabajando junto al sindicato para poder construir proyectos en favor a la comunidad: “(Para ayudar) a que algunos sean colocados en otros trabajos, se especialicen o formalicen en otros rubros, encontrar caminos de desarrollo económico para ellos también, en lo puntual en alguna actividad productiva”. Aun así, los dirigentes reconocen que las posibilidades de encontrar puestos de trabajo similares y en el mismo rubro dentro de la región son muy pocas.
La decisión oficial de la empresa indicó la suspensión indefinida de la producción de celulosa en la planta Licancel, sin embargo, extrabajadores y expertos en la materia aseguran que el cese es más bien definitivo, aunque se cree que la infraestructura de la fábrica podría reutilizarse para otros negocios a largo plazo, como la producción de energía o la fabricación de cartulina. Sobre esto, desde Arauco expresaron haber señalado tanto a las autoridades locales como regionales estar abiertos a buscar alternativas de negocio que sean sustentables por las condiciones climáticas.
Fuente: Eldesconcierto.cl
Para los expertos, el racionamiento de agua es un fenómeno que llegó para quedarse y que incluso, podría replicarse en Santiago y en otras de las grandes ciudades de la zona central, si es que no se toman medidas radicales y urgentes a corto plazo. Un escenario poco alentador que nos plantea la siguiente problemática: ¿Quiénes se ven más afectados por la crisis hídrica? Veamos qué nos dicen los expertos en Agenda Sustentable.
Ve el video aquí
Fuente: T13.cl
La Dirección General de Aguas (DGA) aplicó 756 multas por un total de 8.700 millones de pesos en 2023, lo que se traduce en un 64 por ciento más que el año precedente.
Las infracciones, explicó el Ministerio de Obras Públicas, fueron principalmente por no contar con el sistema de monitoreo de extracciones efectivas; realizar obras no autorizadas en cauces; extracciones de aguas no autorizadas; extracciones de áridos no autorizadas, y la realización de obras mayores, las que se aplicaron tanto a personas jurídicas como naturales.
La ministra Jessica López resaltó que la DGA resolvió un 40 por ciento más de fiscalizaciones en comparación con 2022. "El cuidado y protección de los recursos hídricos es una prioridad para nuestro gobierno y es por eso que, desde que asumimos, nos comprometimos con la actividad fiscalizadora y fortalecimos los equipos e invertimos fuertemente en tecnología".
"Esto hoy tiene resultados: en 2023 logramos aumentar de manera importante los expedientes de fiscalización resueltos y fue el año en el que se aplicaron multas más altas de la historia", resaltó.
La secretaria de Estado agregó que "en un país donde cada vez la disponibilidad de agua es menor, donde estamos teniendo una situación hídrica cada vez más estrecha, tenemos que asegurarnos de que los recursos hídricos los gestionamos bien y evitar las infracciones a la ley como la extracción no autorizada, que se llama robo de agua".
López detalló que de las fiscalizaciones realizadas, el 37% se iniciaron por denuncias de la ciudadanía, mientras que el 63% se hizo por antecedentes de la propia unidad de fiscalización de la DGA.
A nivel regional, Valparaíso lidera la cantidad de fiscalizaciones resueltas (278), seguido por Coquimbo (188) y La Araucanía (173). La Región de Valparaíso también lidera el total de multas cursadas por más de 2.500 millones de pesos.
La jefa de Fiscalización de la DGA, Carmen Herrera, destacó que "desde nuestra perspectiva, el objetivo no es recaudatorio, sino que el objetivo es que el agua esté en los territorios para que se ocupe de la mejor manera y, por supuesto, para asegurar el derecho humano al agua y generar, obviamente, el soporte tanto ecosistémico como de las actividades económicas que corresponden".
ENVÍO DE PROYECTO La ministra anunció el ingreso al Congreso de "un proyecto que busca la simplificación del proceso (de fiscalización) y que ha tenido una muy buena acogida por los parlamentarios, por lo que esperamos que se apruebe prontamente".
El director de la DGA, Rodrigo Sanhueza, valoró el ingreso de la iniciativa detallando que "esto va a permitir que la DGA logre una mayor efectividad en el territorio, y también como Ministerio de Obras Públicas, hacer la tarea a la cual hemos sido correctamente mandatados".
Para realizar una denuncia ante la DGA, el organismo cuenta con tres medios para abrir una fiscalización: la autodenuncia, la denuncia y por oficio.
En caso de querer informar sobre alguna violación al Código de Aguas, se puede realizar de manera presencial en la Dirección de Aguas regional o en el sitio web de la DGA.
Fuente: Cooperativa.cl
El cambio climático alimentó la notable sequía de 2023 que drenó importantes ríos, alimentó enormes incendios forestales y amenazó el sustento de millones de personas en la selva amazónica, dijeron científicos el miércoles.
La deforestación de la Amazonia, la selva tropical más grande y con mayor biodiversidad del mundo, ha reducido las precipitaciones y debilitado la capacidad de los árboles y el suelo para retener la humedad, según los investigadores.
Esto ha agudizado la sequía y ha hecho que la selva sea menos resistente a la destrucción del medio ambiente y a fenómenos como los incendios forestales.
El río Amazonas, el más caudaloso del mundo, y varios de sus afluentes alcanzaron el año pasado su nivel más bajo en 120 años de registros.
Una quinta parte del agua dulce del mundo fluye a través de la selva tropical.
Se habría producido una grave sequía si los humanos no hubiéramos cambiado tan profundamente el clima.
Pero la quema de combustibles fósiles le dio la calificación de "excepcional", la categoría más alta en el sistema de clasificación del Monitor de Sequías de EE.UU., según el estudio publicado por la iniciativa World Weather Attribution, una colaboración internacional entre científicos centrada en el análisis rápido de fenómenos meteorológicos extremos.
Análisis Según Ben Clarke, autor del estudio e investigador del Grantham Research Institute on Climate Change and the Environment del Imperial College de Londres, a medida que sigan aumentando las emisiones de gases de efecto invernadero, el mundo sufrirá más sequías extremas.
"Ahora estamos en la clasificación más alta, así que no tenemos más que asignar".
El estudio es una prueba más de que el calentamiento global causado por la actividad humana está acelerando la devastación de la mayor y más biodiversa selva tropical del mundo.
Partes del Amazonas han empezado a transformarse de selva tropical que almacena enormes cantidades de gases que atrapan el calor en regiones más secas que están liberando los gases a la atmósfera.
El resultado es un doble golpe a la lucha mundial contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
La concienciación sobre la gravedad de la sequía creció después de que más de 150 delfines de río murieran asfixiados en octubre.
La sequía dejó sin agua a miles de personas que viven en comunidades remotas y sólo pueden desplazarse en barco.
Y alimentó incendios forestales que hicieron del aire uno de los más peligrosos del mundo.
Fuente: Clarin.com
En este sentido, Miguel Ángel Gallegos, gerente de Meteorología y Climatología, aseguró que, hasta el 15 de enero de 2024, los estados con mayor índice de sequía son Durango, Sonora, Chihuahua y San Luis Potosí.
“Tenemos 28.79% del país con sequía extrema a excepcional, 32.8% del territorio nacional con sequía de moderada a severa, mientras que también tenemos 20.28% del territorio en condiciones normalmente secas, y 18.13 % del país también se encuentra libre de sequía”.
El Sistema Cutzamala también se vio afectado con la sequía extrema. Citlalli Peraza Camacho, directora del Sistema Cutzamala, señaló que, hasta el 15 de enero, aumentó un 15% con respecto a la quincena anterior.
“Lo cual es una mala noticia toda vez que en estas fechas vemos que la sequía extrema y severa se sigue expandiendo por la cuenca del Río Cutzamala. Asimismo, la categoría D2 a D3 se extienden del 95.7% de la cifra de la cuenca, y aquí podemos ver cómo la imagen roja prácticamente está cubriendo lo que es la zona del Sistema Cutzamala”, detalló.
¿Hay récord por temperaturas máximas? El Comité Técnico de Operaciones Hidráulicas informó que se han registrado récords en cuanto a las máximas temperaturas.
“Se han registrado temperaturas de casi 35 grados o superiores a este valor en los estados costeros del Pacífico Norte y Pacífico Sur. En ese sentido, la temperatura máxima qué se alcanzó fue de 40 grados en el municipio de Acaponeta”.
En cuanto a las lluvias, el SMN informó que, del 1 al 21 de enero de 2024, se registró 43.7 % menos precipitación que lo habitual en ese lapso.
Fuente: Unotv.com
El pantano de Sau es una pequeña infraestructura hidráulica española construida en el río Ter, situada en el municipio de Vilanova de Sau, en la comarca de Osona, provincia de Barcelona. El pantano se encuentra en su mínimo histórico, en el 5,1%.
Esta situación ha hecho que desde la Generalitat se decrete el estado de emergencia en el sistema Ter Llobregat. Las restricciones podrían entrar en vigor a partir del 1 de febrero, aunque en algunas localidades como Vallirana (Barcelona), los vecinos ya se han visto obligados a abastecerse de agua que proviene de camiones cisterna.
Los embalses de las cuencas internas en Catalunya están a punto de llegar al límite del 16% de media.
Esta crítica situación del nivel del agua ha tenido como consecuencia desde hace meses la aparición del antiguo pueblo de Sant Romà de Sau, inundado cuando se construyó la presa en 1962.
La Generalitat insiste en limitar el consumo de agua de los privados. La previsiones meteorológicas indican que tampoco llegará una solución en un periodo de tiempo corto.
La zona del pantano de Sau lleva meses de ausencia de lluvias en las cabeceras o lugares de captación de la red Ter-Llobregat. Las restricciones irán a más en una semana, tal y como ha avanzado el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. El sistema, el Ter-Llobregat, es el que abastece de agua potable a la inmensa mayoría de la población de Cataluña.
La ciudadanía exigene nuevas iniciativas a la ACA, una empresa pública adscrita al Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalidad de Cataluña encargada de ejecutar la política del gobierno catalán en materia de aguas, y poner solución a este grave problema.
Fuente: As.com
El Hwange National Park de Zimbabue se convirtió lentamente en un páramo repleto de cadáveres de elefantes, quienes murieron a causa de las sequías provocadas por el fenómeno meteorológico conocido como “El Niño”.
Cerca de 160 elefantes murieron de sed y es muy probable que, debido al clima seco, continúen falleciendo decenas de paquidermos más, ya que, de acuerdo con la agencia de noticias Reuters, cada uno necesita cerca de 200 litros de agua diarios para poder subsistir.
Los períodos secos prolongados y las fuertes sequías se intensificaron en todo el sur de África, debido a que desde febrero hasta noviembre de 2023 no cayó ni una sola gota de lluvia sobre el parque nacional y se espera que la situación no mejore durante 2024.
Un factor que amenaza a la especie
Autoridades del Parque Nacional Hwange, que alberga múltiples especies entre los que destacan elefantes, búfalos, guepardos, leones y jirafas descubrieron que entre agosto y diciembre del año pasado al menos 160 paquidermos fallecieron a causa de las sequías provocadas por “El Niño”.
De acuerdo con el medio británico The Guardian, Tinashe Farawo, portavoz de la Autoridad de Gestión de Parques y Vida Silvestre de Zimbabue (Zimparks) declaró la semana pasada que él y su equipo realizaron pruebas que muestran que los animales estaban muriendo de hambre y que la mayoría de ellos caían rendidos a 50 o 100 metros de las fuentes de agua.
Los paquidermos que murieron en su mayoría eran jóvenes, viejos o enfermos, Trevor Lane, cofundador y director del grupo conservacionista Bhejane Trust, declaró para el medio británico que había mala nutrición “temperaturas altísimas” y escasez de agua, una combinación mortal que podría causar el fallecimiento de más elefantes a lo largo de 2024.
“Somos conscientes de que podríamos tener ‘El Niño’ y una gran sequía en 2024. Veremos que podemos hacer para mitigar eso, pero será simplemente la supervivencia del más apto. Si hay otra sequía tendremos que pasar por lo mismo otra vez”, añadió Lane.
La población de elefantes en el parque nacional es de 45.000, cada uno necesita cerca de 200 litros de agua al día, sin embargo, la sequía redujo severamente las fuentes naturales del líquido vital, por lo que ahora dependen de bombas alimentadas por energía solar en los 104 pozos.
“Dependemos del agua artificial porque nuestra superficie ha disminuido. Como los elefantes necesitan el líquido, estamos registrando más muertes”, declaró Daphine Madhlamoto, principal ecologista de Zimparks, a la agencia de noticias Reuters.
La temporada de lluvias en Zimbabue va de noviembre a marzo, pero en lo que va del año no ha caído ni una sola gota de agua, por lo que los servicios meteorológicos pronostican que la sequía continúe a lo largo de 2024.
“El parque ha sido testigo del impacto del cambio climático. Recibimos menos lluvias”, agregó Madhlamoto.
Autoridades de Zimparks agregaron que los animales de la reserva se ven obligados a caminar largas distancias en busca de agua y comida, incluso se han avistado a varias manadas de elefantes cruzar a Botswana.
Fuente: Infobae.com
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